CARRER FREIXURES 11 - 08001 BARCELONA
TELF: +34 933197302
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5 comentarios:
David
dijo...
Abstengase todo aquel que busque un local pijo, con glamour o de cocina de vanguardia... Aquí se viene a comer BIEN, no bien, estupendamente bien.
Raciones más que generosas (compartimos los segundos y no salimos con hambre! que diferencia con otros sitios...), y una calidad de materia prima que no he visto casi en ningún sitio en Barcelona (supongo que tener al lado el Mercat de Sta. Caterina ayuda bastante!). Almejas, navajas, atún, los filetes... todo delicioso.
El servicio muy cercano y amigable (depende de quien puede ser incluso un poco demasiado, pero no en mi caso). El local, lo dicho, nada de glamour y un extractor de humos mejor no le iría mal, pero la comida hace que ni te acuerdes de estos detalles.
Para mi, uno de los mejores sitios que he ido en bastante tiempo.
Como David, ya aviso, que nadie se espere un sitio con glamour, decoración a la última y cocina de vanguardia, aquí se viene a comer y BIEN!
El final de un pasillo, previo paso por la barra dejándola a tu mano izquierda, te conducen al salón de comidas, lo compone una serie de antiguas mesas y sillas de toda la vida que te hacen dar cuenta que tonterías las justas y comida, de la buena y con raciones de las de antes!
Trato muy cercano desde el primer momento, todo invita a ello, sí que es verdad que puede resultar excesivo pero en mi caso no fue así.
Ya con cerveza en mano, y copa de vino blanco esperando, la cercanía y los años pasados al lado del mercado de Santa Catarina se dejan notar, buen pescado y fresco y así exquisitas las navajas y las almejas y muy apropiado el toque de la tortilla para darte cuenta, aún más, de que se come como en casa. Seguimos con el pescado y flojos los calamares, en primera ronda sobre todo y digo primera ronda porque tuvieron la amabilidad de volverlos a servir tras previa queja ( educada eso si ) sobre su estado, pero ya en segunda cambió la cosa, no es que fuesen para tirar cohetes pero no tan hechos quedaron mejor..., un gran punto el que tuvieron.
Pescado de primero y carne de segundo, qué más se puede pedir? Y postre?, para qué?, si ya no cabe nada más, qué pocas veces pasa esto...
El homenaje del final fue a modo de Gin Tonic, él delante hablando y tú viendo como con esmero va elaborando y llenando la copa no sólo de alcohol y tónica
En definitiva, no apto para gente "chic" y si para gente ávida de buen comer a precio más que razonable.
Si tengo que describir este restaurante con una palabra seguramente elegiría "autentico".
Autentica es la entrada, parece de entrar en una bar o pequeño restaurante de barrio sin ninguna pretensión en invitar a entrar a la gente que pasa por casualidad.
Auténticos son los propietarios: padre, madre e hijo que lo viven y lo hacen notar con su voz.
Autentica es la comida, la que se puede definir de verdad de mercado. No podía ser diversamente estamos a lado del mercado Santa Catalina. De calidad y sencilla. Nos quejamos de los calamares y nos trajo otra ración solo porque nos quería demostrar que no los podían hacer mal, tenía razón.
El solomillo con foie hecho al momento una de su especialidad aunque el padrón de la cocina es el pescado y el marisco.
La carta de vinos limitada, no es claramente su fuerte.
Acabamos con un gin tonic marca de la casa... A repetir 100 veces!!!
Sólo entrar me di cuenta que comeríamos bien, esos si no esperar no salir del local con mil olores en la ropa! La entrada parecía Londres....tienen la parrilla en la entrada.....
Resaltar el servicio amable, puede ser que haya gente que no le guste el trato que tuvimos, pero yo me sentí muy cómodo.
Compartimos todos los platos, es comida de mercado. Bonito detalle con los calamares, los primeros que trajeron no nos gustó y nos trajo otro para ver la diferencia, que si que la había!
La carta de vinos es justita, creo recordar que acabamos bebiendo el vino que nos propuso él.
Cosa rara en mi, debió ser por el ambiente del restaurante, acabé bebiendo un Gin Tonic, hecho con mucho cariño por el dueño!
5 comentarios:
Abstengase todo aquel que busque un local pijo, con glamour o de cocina de vanguardia... Aquí se viene a comer BIEN, no bien, estupendamente bien.
Raciones más que generosas (compartimos los segundos y no salimos con hambre! que diferencia con otros sitios...), y una calidad de materia prima que no he visto casi en ningún sitio en Barcelona (supongo que tener al lado el Mercat de Sta. Caterina ayuda bastante!). Almejas, navajas, atún, los filetes... todo delicioso.
El servicio muy cercano y amigable (depende de quien puede ser incluso un poco demasiado, pero no en mi caso). El local, lo dicho, nada de glamour y un extractor de humos mejor no le iría mal, pero la comida hace que ni te acuerdes de estos detalles.
Para mi, uno de los mejores sitios que he ido en bastante tiempo.
Bien por Mari y por Rufo!!, si es que existen!!
Como David, ya aviso, que nadie se espere un sitio con glamour, decoración a la última y cocina de vanguardia, aquí se viene a comer y BIEN!
El final de un pasillo, previo paso por la barra dejándola a tu mano izquierda, te conducen al salón de comidas, lo compone una serie de antiguas mesas y sillas de toda la vida que te hacen dar cuenta que tonterías las justas y comida, de la buena y con raciones de las de antes!
Trato muy cercano desde el primer momento, todo invita a ello, sí que es verdad que puede resultar excesivo pero en mi caso no fue así.
Ya con cerveza en mano, y copa de vino blanco esperando, la cercanía y los años pasados al lado del mercado de Santa Catarina se dejan notar, buen pescado y fresco y así exquisitas las navajas y las almejas y muy apropiado el toque de la tortilla para darte cuenta, aún más, de que se come como en casa. Seguimos con el pescado y flojos los calamares, en primera ronda sobre todo y digo primera ronda porque tuvieron la amabilidad de volverlos a servir tras previa queja ( educada eso si ) sobre su estado, pero ya en segunda cambió la cosa, no es que fuesen para tirar cohetes pero no tan hechos quedaron mejor..., un gran punto el que tuvieron.
Pescado de primero y carne de segundo, qué más se puede pedir? Y postre?, para qué?, si ya no cabe nada más, qué pocas veces pasa esto...
El homenaje del final fue a modo de Gin Tonic, él delante hablando y tú viendo como con esmero va elaborando y llenando la copa no sólo de alcohol y tónica
En definitiva, no apto para gente "chic" y si para gente ávida de buen comer a precio más que razonable.
Volveré?, eso ni se pregunta....
Un saludo
Si tengo que describir este restaurante con una palabra seguramente elegiría "autentico".
Autentica es la entrada, parece de entrar en una bar o pequeño restaurante de barrio sin ninguna pretensión en invitar a entrar a la gente que pasa por casualidad.
Auténticos son los propietarios: padre, madre e hijo que lo viven y lo hacen notar con su voz.
Autentica es la comida, la que se puede definir de verdad de mercado. No podía ser diversamente estamos a lado del mercado Santa Catalina. De calidad y sencilla.
Nos quejamos de los calamares y nos trajo otra ración solo porque nos quería demostrar que no los podían hacer mal, tenía razón.
El solomillo con foie hecho al momento una de su especialidad aunque el padrón de la cocina es el pescado y el marisco.
La carta de vinos limitada, no es claramente su fuerte.
Acabamos con un gin tonic marca de la casa...
A repetir 100 veces!!!
Sólo entrar me di cuenta que comeríamos bien, esos si no esperar no salir del local con mil olores en la ropa! La entrada parecía Londres....tienen la parrilla en la entrada.....
Resaltar el servicio amable, puede ser que haya gente que no le guste el trato que tuvimos, pero yo me sentí muy cómodo.
Compartimos todos los platos, es comida de mercado. Bonito detalle con los calamares, los primeros que trajeron no nos gustó y nos trajo otro para ver la diferencia, que si que la había!
La carta de vinos es justita, creo recordar que acabamos bebiendo el vino que nos propuso él.
Cosa rara en mi, debió ser por el ambiente del restaurante, acabé bebiendo un Gin Tonic, hecho con mucho cariño por el dueño!
espero volver pronto!
la verdad es que un sitio muy "particular".
Comida de toda la vida, tapas, comida de mercado... en un restaurante donde la decoración es lo de menos..
Todo en si muy desorganizado pero la verdad MUY BUENO.
Si señor...la comida de siempre y con el sabor de siempre... todo muy bueno.
Un muy buen candidato a mejor restaurante del año.
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