Esta claro que no es un restaurante barato, pero si algún día queréis disfrutar de una optima comida y quitaros un capricho este es el lugar adecuado.
No hay carta, el menú son platos elegidos por el cocinero según los productos de mercado del día. Después los primeros la cena puede acabar y sinceramente ya estas satisfecho, pero si quieres seguir puedes elegir el segundo entre tres o cuatros platos del día.
El ambiente es típico de los restaurantes de alta cocina y el servicio también.
Difícil destacar algo entre tanta bondad... el jamón esta exquisito, los chipirones delicados, tartar de atún diferente, las gambas deliciosas, las cigalas sorprendentes y los segundos... lubina, cabrito y rapo impresionantes.
Obviamente la carta de vinos era rica y no del todo cara.
Hay que poner dinero en la hucha para volver a repetir!!!
La verdad es que más que merece la pena darse un capricho así..., evidentemente no es barato, pero la calidad merece ese precio.
Nada más entrar te descorchan una botella de buen cava y así la cena ya apunta maneras.
La comida, como decía, de muy buena calidad...excelente jamón, carnosas cañaillas y berberechos, de los que se notan al comerlos, las gambas para llorar de la emoción, así como el arroz en su punto exacto y los demás primeros platos también destacan.
Ya con los segundos podrías decir basta, pero merece la pena hacer un hueco y ver cómo se deshace en la boca el rabo de toro, saborear la lubina y degustar el cabrito...
Buen vino, mucha variedad, suerte que los tintos los escogen por mi!!, pues, de verdad, estaría perdido
El servicio, serio, muy correcto y profesional, al final la profesión de camarero parece que desaparece pero en este sitio revive
En resumen una cena de Navidad a la altura de las circunstancias, de las que gastarte un poco más no te importa y de las que merece la pena volver a ahorrar para así repetir
Cuando vas a un restaurante de este nivel (pagando lo que pagas), el único miedo es no salir satisfecho, y en el Passadís del Pep no creo que salgas nunca con esa sensación.
La materia prima es excelente, tanto para las carnes como para el pescado.
Si vas, hay que dejarse aconsejar, y probar un poco de todo (mejor ir unos cuantos para poder compartir platos!).
Me quedo con los chipirones, el tartar y la lubina.
Un espectáculo!
Un restaurante que estuvo a la altura de nuestra cena de navidad.
Es caro de narices pero vale su precio del primer al último euro,una cena de navidad por todo lo alto.
Todos los platos excelentes,a destacar las gambas,las cigalas,el arroz,el cabrito... Creo que con los primeros tienes una buena y más que suficiente cena pero no todos los días es navidad.
5 comentarios:
Esta claro que no es un restaurante barato, pero si algún día queréis disfrutar de una optima comida y quitaros un capricho este es el lugar adecuado.
No hay carta, el menú son platos elegidos por el cocinero según los productos de mercado del día. Después los primeros la cena puede acabar y sinceramente ya estas satisfecho, pero si quieres seguir puedes elegir el segundo entre tres o cuatros platos del día.
El ambiente es típico de los restaurantes de alta cocina y el servicio también.
Difícil destacar algo entre tanta bondad... el jamón esta exquisito, los chipirones delicados, tartar de atún diferente, las gambas deliciosas, las cigalas sorprendentes y los segundos... lubina, cabrito y rapo impresionantes.
Obviamente la carta de vinos era rica y no del todo cara.
Hay que poner dinero en la hucha para volver a repetir!!!
La verdad es que más que merece la pena darse un capricho así..., evidentemente no es barato, pero la calidad merece ese precio.
Nada más entrar te descorchan una botella de buen cava y así la cena ya apunta maneras.
La comida, como decía, de muy buena calidad...excelente jamón, carnosas cañaillas y berberechos, de los que se notan al comerlos, las gambas para llorar de la emoción, así como el arroz en su punto exacto y los demás primeros platos también destacan.
Ya con los segundos podrías decir basta, pero merece la pena hacer un hueco y ver cómo se deshace en la boca el rabo de toro, saborear la lubina y degustar el cabrito...
Buen vino, mucha variedad, suerte que los tintos los escogen por mi!!, pues, de verdad, estaría perdido
El servicio, serio, muy correcto y profesional, al final la profesión de camarero parece que desaparece pero en este sitio revive
En resumen una cena de Navidad a la altura de las circunstancias, de las que gastarte un poco más no te importa y de las que merece la pena volver a ahorrar para así repetir
Un saludo,
Uno de los mejores restaurantes que he ido. Había estado una vez hace tiempo.
Yo me quedo con el servicio y con los chipirones con arroz...
Un buen sitio para una gran ocasión.
La carta de vinos interesante, aunque algo clasica.
volví y volveré...
Cuando vas a un restaurante de este nivel (pagando lo que pagas), el único miedo es no salir satisfecho, y en el Passadís del Pep no creo que salgas nunca con esa sensación.
La materia prima es excelente, tanto para las carnes como para el pescado.
Si vas, hay que dejarse aconsejar, y probar un poco de todo (mejor ir unos cuantos para poder compartir platos!).
Me quedo con los chipirones, el tartar y la lubina.
Un espectáculo!
Un restaurante que estuvo a la altura de nuestra cena de navidad.
Es caro de narices pero vale su precio del primer al último euro,una cena de navidad por todo lo alto.
Todos los platos excelentes,a destacar las gambas,las cigalas,el arroz,el cabrito... Creo que con los primeros tienes una buena y más que suficiente cena pero no todos los días es navidad.
Sobresaliente.
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