Antonio, por fin hemos podido ir al restaurante deseado.
Pero habrá valido la pena... Está situado en una zona movidita, al lado de la Estación de Francia, eso si en un callejón por donde nunca pasas.
Buen servicio, muy atento, además de la carta el camarero te va cantando con todo lujo de detalles los platos fuera de carta. Se agradecen las explicaciones pero pobre hombre, poco más y pierde la garganta para siempre,que agonía.
La carta es muy amplia y hay mucho con buena pinta. Ente los primeros me quedo con los "garbanzos con gambas". Mi segundo plato un filete de atún, pero para variar cocinado al horno, muy bueno.
Para terminar los postres. Los hay tradicionales y lo mejor los postres exóticos. Refrescante y brillante, el sorbete de cactus.
Bien de precio y muy recomendable, ah sí que vale mucho la pena.
La verdad es que salí entusiasmado porque comí muy muy, pero que muy bien, y el servicio fue excelente, el mejor servicio que hemos tenido de calle hasta la fecha, supongo que que te atienda el dueño del local siempre ayuda...
El local, normal, sin mucho a destacar.
La comida.. buena buena, desde los entrantes, garbanzos con gambas, pasta o espárragos, todos recomendables, pasando por un bacalao relleno de mousse de foie excepcional(y eso que a mi el bacalao no me tira mucho..), y culminando con un 6 texturas de chocolate para chuparse los dedos.
Los vinos, la mayoría desconocidos pero todos con una pequeña historia que contar.
Verdaderamente un restaurante 5 estrellas. Tiene todo lo que debe tener un restaurante para que me guste.
Pequeño, ambiente acogedor, resguardado, no famoso, cocina sencilla con un toque especial, trato agradable, vinos de bodegas pequeñas, precio calidad increíble. Dejarse aconsejar del dueño, nunca os equivocareis.
Restaurante que si no sabes que existe pasas de largo, o, mejor dicho, ni pasas dada su ubicación más cuando la calle está en obras.
Pero dejando de lado esa mala ubicación lo demás es de nota..
Desde el agradable servicio que te vende de una manera muy sutil los postres y los vinos hasta la comida...
De los primeros a compartir me quedo con la pasta fresca, también mención especial a los espárragos gratinados y en cuanto a mi segundo, Atún, se deshacía en la boca.
Una gran sorpresa fueron los postres, desde los más clásicos hasta los más de " aventura ", yo me incliné por uno de esos y no me decepcionó, toda una experiencia ese helado de Wasabi...
5 comentarios:
Antonio, por fin hemos podido ir al restaurante deseado.
Pero habrá valido la pena... Está situado en una zona movidita, al lado de la Estación de Francia, eso si en un callejón por donde nunca pasas.
Buen servicio, muy atento, además de la carta el camarero te va cantando con todo lujo de detalles los platos fuera de carta. Se agradecen las explicaciones pero pobre hombre, poco más y pierde la garganta para siempre,que agonía.
La carta es muy amplia y hay mucho con buena pinta. Ente los primeros me quedo con los "garbanzos con gambas". Mi segundo plato un filete de atún, pero para variar cocinado al horno, muy bueno.
Para terminar los postres. Los hay tradicionales y lo mejor los postres exóticos. Refrescante y brillante, el sorbete de cactus.
Bien de precio y muy recomendable, ah sí que vale mucho la pena.
Estupendo restaurante!
La verdad es que salí entusiasmado porque comí muy muy, pero que muy bien, y el servicio fue excelente, el mejor servicio que hemos tenido de calle hasta la fecha, supongo que que te atienda el dueño del local siempre ayuda...
El local, normal, sin mucho a destacar.
La comida.. buena buena, desde los entrantes, garbanzos con gambas, pasta o espárragos, todos recomendables, pasando por un bacalao relleno de mousse de foie excepcional(y eso que a mi el bacalao no me tira mucho..), y culminando con un 6 texturas de chocolate para chuparse los dedos.
Los vinos, la mayoría desconocidos pero todos con una pequeña historia que contar.
Lo dicho, para mi, sitio para repetir y repetir!
Verdaderamente un restaurante 5 estrellas.
Tiene todo lo que debe tener un restaurante para que me guste.
Pequeño, ambiente acogedor, resguardado, no famoso, cocina sencilla con un toque especial, trato agradable, vinos de bodegas pequeñas, precio calidad increíble.
Dejarse aconsejar del dueño, nunca os equivocareis.
Para probarlo no una, cien veces...
Hombre el restaurante está muy bien, pero yo 100 veces no iría, por lo menos hasta que no arreglen el aire acondicionado ... jajaja
Restaurante que si no sabes que existe pasas de largo, o, mejor dicho, ni pasas dada su ubicación más cuando la calle está en obras.
Pero dejando de lado esa mala ubicación lo demás es de nota..
Desde el agradable servicio que te vende de una manera muy sutil los postres y los vinos hasta la comida...
De los primeros a compartir me quedo con la pasta fresca, también mención especial a los espárragos gratinados y en cuanto a mi segundo, Atún, se deshacía en la boca.
Una gran sorpresa fueron los postres, desde los más clásicos hasta los más de " aventura ", yo me incliné por uno de esos y no me decepcionó, toda una experiencia ese helado de Wasabi...
Me lo quedo en cartera
Un saludo
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